miércoles, 25 de marzo de 2009

¿PERO EL PRESTIGIO DE QUÉ MILITARES?

Dicen los liberales del sector tibio, es decir, los peperos, que España pierde su prestigio por la retirada de tropas de Kosovo. Perdonen, pero es que nos entra la risa. Llamar a eso que hay en Kosovo tropas, en lugar de tropelías, es como llamar a esto que padecemos en España gobierno. Ni el Gobierno de España es gobierno, ni las tropas de Kosovo son militares y mucho menos son el Ejército Español, éste subsiste, como hemos dicho en repetidas ocasiones, en la sociedad española, como reducto inexpugnable para los quincalleros de la política democrática, pero como institución esto que llaman Ejército español no lo es más que de sodomitas, transexuales y cobardes que juegan a los soldaditos como el que organiza una partida de “paintball”. Los Ejércitos en regímenes burgués-parlamentarios son elementos burocratizados, pacifistas, estrechos, sin agudeza ni visión histórica. El manejo de instrumentos no hace al militar. Hasta un mono es capaz de manejar un palo, y hasta un burro es capaz de soportarlo. Bien pudiéramos decir que la milicia es una religión de hombres honrados, al estilo calderiano, un manojo de gentes que se exigen las virtudes cardinales (fortaleza, justicia, prudencia, templanza) hasta el heroismo, todo eso lo es el militar.

Mas militar es el que tiene espíritu de milicia, hombre de entereza probada, de fidelidad probada y de angustia profunda y verdadera por el destino histórico del pueblo y de la Patria. Hay más militares fuera del ejército que dentro de él.

El prestigio de España quedó por los suelos cuando ante el palpable perjuricio y traición los españolitos jugaron a eso de “la Constitución que nos hemos dado” y sandeces por el estilo. Cuando desaparezca, porque lo hará, toda esta tromenta de felonías y un puñado de españoles se decidan a recuperar la España que en deber y derecho nos pertenece, entonces el prestigio de España y de los españoles empezará a ser. Pero para eso es necesario comprometerse, dominar las pasiones inferiores y decir con Séneca:

“Yo que he nacido para grandes empresas, no he nacido para ser esclavo de mi carne”. ¡Alístate en la milicia de España! y haz como Martín Fierro:

“No me hago al lao de la güella
aunque vengan degollando;
con los blandos yo soy blando
y soy duro con los duros
y ninguno en un apuro
me ha visto andar mariconeando”

Francisco Requeté
Tomado de Alto y Claro

1 comentario:

  1. tienes bastante razón...hay mas militares fuera del ejercito que en él...

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